El caso Milton

jueves, 10 de abril de 2008

 

¿Quién es John Milton?


MARTIN L. RUETTIGER

1 de Septiembre de 1928. Boston, Massachusetts

Con estas líneas mis queridos lectores intentaré desvelar la identidad de uno de los hombres más enigmáticos de Boston. Alguien que ha irrumpido en nuestra tranquila comunidad, del que todos parecen saber algo pero nadie sabe con exactitud quien es.

Los que dicen conocer a John Milton lo describen con pocos adjetivos y en los que coinciden plenamente: caballero, galán, altruista, trabajador, elegante… parece que todo son buenas palabras para el bueno de John. Aunque luego surgen discrepancias acerca de su aspecto físico: “es muy alto, mide 1,90” dice unos, “no, no su altura no sobrepasa el 1,75” dicen otros, que si es diestro o zurdo, su pelo es castaño oscuro, hay quién le añade canas, que si ronda los treintaitantos o sobrepasa ya los 50 y un millón de rasgos diferentes para la misma persona o personas. Quizás el aspecto físico que más atraiga e intrigue a la vez de John Milton sean sus ojos, uno azul y otro marrón, pero claro nadie me ha aclarado si el izquierdo es azul o marrón y viceversa. Este último rasgo es el que lleva a más gente a quedarse con el nombre de John Milton, algo en su mirada le hace parecer un tipo de confianza.

Mucha gente parece conocerlo o por lo menos haber tratado con él en alguna ocasión. Sobre todo la gente poderosa de Nueva Inglaterra a la que casualmente Milton ofreció su ayuda en momentos de necesidad. No se sabe con exactitud cuantos accedieron a este ofrecimiento, ni el precio que han tenido que pagar, pero se dice que aquellos que aceptaron el trato salieron del atolladero en menos que canta un gallo. Con mis propios ojos he podido ver una de las tarjetas de presentación que Milton ofrece: “John Milton, La solución rápida a sus problemas. 555-25150”. Lo más curioso es que sólo a aquellas personas a las que ha dado la tarjeta personalmente obtienen una contestación al otro lado de la línea telefónica: “Despacho del Sr. Milton, ¿en que puedo ayudarle?” dice la sensual voz de su secretaria. No se sabe ni donde esta ubicado su lugar de trabajo, por más que lo he intentado la compañía de teléfonos me asegura que ese número no existe.

Por los círculos de la alta sociedad de Boston se rumorea que está colaborando con el demócrata Joseph Patrick Kennedy en una campaña cuyo fin es llevar a Franklin Delano Roosevelt a la Casa Blanca. Por esta razón, se podría asegurar que al igual que Kennedy y Roosevelt, nuestro amigo Milton ha desarrollado su carrera universitaria en Harvard donde conoció a ambos políticos. Pero otros le relacionan más con la Universidad de Miskatonic en la vecina localidad de Arkham. De cualquier modo, me he molestado en revisar los anuarios de ambas instituciones académicas y por lo menos en sus alumnos de los últimos 40 años no aparece ningún John Milton.

También decidí consultar con mis fuentes policiales acerca del Caso Milton. Como no era de extrañar no hay ningún tipo de archivos que constaten la existencia de este personaje: “Posiblemente se trate de una identidad ficticia, lo que si te puedo asegurar es que no es nadie relacionado con el Gobierno o la Administración de los EE.UU. Por lo que sabemos no esta dado de alta en ningún registro. Estamos estudiando si tal vez se trate de una figura creada por alguna organización mafiosa que se limita a extorsionar a la gente de bien de este país. Todos sabemos que las organizaciones mafiosas están floreciendo en los últimos años, incluso después de la aparición de la Ley Seca y Milton puede ser una de sus nuevas piezas. De momento no hay ningún cargo criminal contra John Milton, por eso nos hemos limitado a investigarle superficialmente”, asegura mi fuente más fiable del FBI.

Así que posiblemente el admirado John Milton solo sea un gánster habilidoso o marioneta de otro gánster más habilidosos aun. No es por menospreciar a nuestros queridos agentes de la ley, pero hay una actuación de Milton que está fuera de toda lógica. Un amigo mío que profesa la medicina en Chicago me habló de la milagrosa recuperación de un joven de 12 años al que se le había diagnosticado una enfermedad degenerativa que acabaría con su vida en unos pocos meses. Pues bien, su padre, un poderoso banquero cuyo nombre no voy a desvelar, logró contactar con Milton o Milton logró contactar con él, según se mire. Al parecer ambos “empresarios” llegaron a un acuerdo y de forma fulminante aquel joven enfermizo se recupero de la noche a la mañana. Según mis pesquisas, ese mismo día un total del 30% de las acciones del banco propiedad del padre del chaval fueron a parar a diversas empresas a un precio más que rebajado. Sospechoso ¿no?

Aquí viene mi conclusión final y personal. Lejos de saber cual es la verdadera profesión e identidad de nuestro protagonista me surgen muchas preguntas: ¿A que juega John Milton? ¿Por qué John Milton se preocupa por los demás, al parecer de una manera desinteresada? ¿Dónde se esconde el despacho de John Milton? ¿Por qué John Milton no aparece en actos públicos? ¿Guarda John Milton algún oscuro secreto? ¿Es John Milton un lobo con piel de cordero? ¿Hay más de un John Milton? Espero que ustedes como yo hayan reflexionado acerca de esta figura. Si alguno de mis lectores quiere informarme acerca de algo relacionado con John Milton solo tiene que escribirme. Es más, querido Sr. Milton, si esta leyendo estas palabras le invito a hablar con un servidor, seguro que resulta interesante para los dos.

Solo me queda despedirme hasta nuestro próximo encuentro y recuerden lo que dijo Thomas Alva Edison:

“No sabemos ni un cienmillonésimo de nada”

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